Geografía del mito y la leyenda chilenos

Provincia de Cautín

 

La piedra parada o la piedra de amparo
(Pág. 253-254)

En el camino de Curacautín a Lonquimay en un hermoso valle cuya configuración guarda similitud con un gran corral, al que los indígenas denominan "corral de caballos", porque hace muchos años fue habitado por cuatro caballos blancos, se cuenta que cada vez que se trataba de tomarlos desaparecían misteriosamente, siendo inútil toda búsqueda que de ellos se hiciera.

Fueron estos los silleros de una princesa, hija de un gran guerrero mapuche, convertida más tarde, por el Pillán, en una hermosa piedra que, en la actualidad, se conoce con el nombre de Piedra Santa, pero los mapuches la llaman Retricura (piedra parada o piedra de amparo).

Es un altar propiciatorio, los indígenas y los arrieros detienen sus cabalgaduras junto a la piedra y dejan sus ofrendas en dinero, comestibles, ramas, botones, velas encendidas.

Ellos creen que esas limosnas sirven para alimentar a la princesita.

Los que pasan delante de la piedra sin depositar su óbolo caen en desgracia. Los que la invocan exclaman: "¡Hoy vengo a despedirme de ti, pues Padre Retricura!" "¡Todas las cosas las sabes tú, Padre Retricura!"

(Versión de Oreste Plath)

 

© SISIB - Universidad de Chile y Karen P. Müller Turina