Geografía del mito y la leyenda chilenos

Provincia de Chiloé

 

El Invunche(1)
(Ivunche-Imbunche-Vuta Macho(2 )-Machucho-Chivato de la Cueva)
(Pág. 321-322)

a) Es un ser humano deforme que lleva la cara vuelta hacia la espalda. Las orejas, la boca, la nariz, los brazos y los dedos torcidos. Anda sobre una pierna por tener la otra pegada por detrás al pescuezo o a la nuca. No tiene la facultad de hablar.

Los brujos convierten a un niño en Invunche, deformándolo desde los primeros meses, practicando con él varias descoyunturas y torcimientos. Lo alimentan con carne de niño recién nacido.

Es una especie de consultor de los brujos y es también instrumento para sus venganzas o maleficios.

El vestiglo habita de preferencia en la Casa Grande o sea la Cueva de Quicaví. Es muy difícil verlo, porque está destinado a la vigilancia de la Cueva. Sale de ella contadas veces, cuando se cambia ésta o ha sido destruida; y en ocasiones cuando necesitan de él, lo sacan y lo van azotando hasta el lugar donde quieren causar el daño, tirar el daño. Durante el trayecto va dando unos chivateos que aterran a los vecinos y les anuncia alguna próxima desgracia; y otras veces lo sacan los brujos para llevarlo a otro distrito, donde debe celebrarse Consejo de Brujos de dos o más jurisdicciones.

b) Es el portero de la Cueva, o sea del hogar de los brujos. Es un hombre transformado, de la manera siguiente: a un niño recién nacido se le lleva a la Cueva. Se le disloca una pierna, a fin de que no le sirva para caminar. Por esta causa el individuo anda después en tres pies (con la pierna sana y las manos). En el período de lactancia el niño es alimentado con leche de gata negra (mujer india). Después se alimenta con carne de cabrito (párvulo) y desde la juventud y durante todo el resto de su vida, se le suministra carne de chivo (carne de adulto). El alimento debe ser servido por los brujos, porque él no debe salir de la Cueva, ya que está obligado a servir de portero. Pero sucede que cuando los brujos se olvidan de llevarle carne humana, sale. Entonces suele ocasionar sustos escalofriantes a la gente que no es bruja, porque como el hombre-bestia no ha aprendido a hablar, lanza balidos como chivato viejo.

 

 

© SISIB - Universidad de Chile y Karen P. Müller Turina