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Figuras
del mundo literario. Januario Espinoza Diario Las Últimas Noticias, Santiago de Chile, 24/1/1946
César Octavio Müller Leiva (en las letras Oreste Plath) no tiene nada, ni en la figura ni en sus modales, menos en las ideas, del abuelo teutónico: delgado y pálido, regular estatura, con mucha suavidad en sus maneras y en su lenguaje, pronto a una risa sin estridencia, cordial, siempre un amigo de aquellos que suelen ir hasta lo heroico, en conjunto es un complemento latino, con grandes disposiciones para la diplomacia. Nacido en Santiago, en 1907, o sea con 38 años a la grupa, representa treinta a lo sumo tales su aire de juventud, tanta su lozanía de espíritu. Cumplía solo tres meses cuando su padre de profesión periodista partió con todos los suyos a la Argentina, para donde había sido nombrado cónsul. Allí permanecieron hasta 1914, y continuaron a Bolivia, que los retuvo hasta 1918; bajaron a Antofagasta por un tiempo, y fueron al Perú, en donde estuvieron un año. Los tres países fueron recorridos por su familia y ello le dio ocasión para conocer desde niño variadas fisonomías y costumbres: así el folklore iba entrando en su sangre. Vueltos a Santiago, se educó en el Liceo Lastarria, y de ahí, sin terminar las humanidades, desertó del hogar y se fue a Valparaíso para luchar de frente por la vida. Sufrió algunas estrecheces económicas, pero no amainó nunca. Atraído por la misma profesión de su padre que falleció en 1924, entró a escribir en "la Estrella " desde su fundación" y para ello tuvo la franca ayuda de Armando Palacios Bate. Escribió también en "La Unión" bajo el amparo de Koro Campo. Ingresó al Círculo de Prensa, y fue uno de los organizadores del Primer Congreso Chileno de Periodismo, celebrado en 1932. Pero su amor principal desde antes de la adolescencia, fue la poesía pura: lo sedujeron los de corte más moderno con derroche de metáforas y de símbolos. Ya en Puerto, formo con otros poetas: Isabel Morel, Jacobo Danke, Alejandro Galaz, Enrique Rojo y Caupolicán Montaldo lo que llamaron "Capilla Minorista", que se reunía en el café del español don Emilio López, hoy agente de una compañía cinematográfica, tan entusiasta por la literatura que les obsequiaba el consumo. En octubre de 1939 fundó la "Revista Gong", que vivió trece meses, y en la que colaboraron Pablo Neruda, Salvador Reyes, Magda Portal, Julián Petrovic y otros. En 1933 dio a luz la "Revista Puerto", con colaboraciones del mismo Reyes y de Luis Enrique Délano, María Monvel, etc. Pero su principal compañero en todas su aventuras literarias fue Jacobo Danke, con quién publicó "Poemario" en 1929, con versos de ambos, libro que mereció palabras muy amables de Alone. En 1936 sus amigos le costearon la edición de un tomito "Ancla de espejos". Después solo ha publicado versos sueltos que algún día serán coleccionados y una "antología de poetas chilenos". Dejo un poco de lado la poesía, para dedicarse de lleno al folklore. Ya en 1934 dio un curso de un año sobre esta actividad en la Escuela Vocacional Nº 7. También dio conferencias sobre lo mismo poco después, en la Escuela O’Higgins de Viña del Mar. Por aquel mismo tiempo entró a fundar "Nautilus", revista técnica náutica, bajo los auspicios de los oficiales de la Marina Mercante. Ello le permitió viajar en vapor hasta Arica, luego a las Islas de Juan Fernández, y por último a Pascua, de donde trajo valiosimos datos para sus conferencias de carácter folklórico. Posteriormente fue a Bolivia, en donde residió un año, para estudiar las costumbres de ese curiosos pueblo, tan recargado de sangre aimara y visitó detenidamente las ruinas de Tinhuanaco, restos de una civilización antiquísima. Anduvo también por el Perú, nuevamente por Argentina y Uruguay, guiado por el mismo afán folklorista. Recorrió la pampa mendocina en compañía del folklorista y poeta cuyano Dragi Lucero y buscó los entronques populares entre lo chileno y lo argentino, más propiamente entre el gaucho y nuestro huaso. Entre sus maestros argentinos, además de Dragi Lucero, hay que agregar a Bernardo Canal Feijoo. Cuando fue a Bolivia en 1939, invitado por el gobierno de ese país, pagó su estadía con la divulgación del folklore chileno en varias escuelas de La Paz. En 1941 publicó su libro "Grafismo animalista en el hablar del pueblo chilenos", para hacer resaltar en gran proporción entran los animales en los refranes del pueblo, en los dichos y en los remoquetes. En 1943 partió al Brasil, con una beca para estudiar la metodología folkloríca y permaneció por allá un año, entregado a estos estudios con Luis Heitor Correa y con el conocido investigador Basilio Magalhaes. La "Escuela Nacional de Música" de Río de Janeiro le editó una separata de la "Revista brasileña de Música", su trabajo sobre "Pregones chilenos", que ilustró con música de la prestigiosa compositora chilena María Luisa Sepúlveda. En Estados Unidos el profesor R. S. Boggs ha difundido sus trabajos en la Universidad de Chapel Hill, North Carolina. Sus artículos y charlas figuran en todas las bibliografías folklóricas especialmente en "Folklore Americas", que se publica en Estados Unidos. Es miembro de varias entidades folklóricas americanas en Chile pertenece al Instituto Chileno de Arte Popular y a la Asociación Folklórica Chilena. Zig-Zag, debe editarle pronto su obra "Baraja de Chile" en donde como en un variado naipe, irá presentando las diferentes modalidades populares de nuestro país; su lenguaje, sus historias, sus costumbres, sus dichos, sus chistes, etc. Sus conferencias en el Instituto Chileno Británico, a mediados de 1945, dio una idea de lo amenísimo que será este libro. Entonces se oyeron tantas carcajadas como aplauso. Tal es este poeta de finos modales y absorbido por el folklorismo de América. J. E. Notas:
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