Saludo a Oreste Plath

María Cristina Menares

Con motivo de sus 72 años.
Fue publicado en el Diario Las Últimas Noticias, Santiago de Chile, 26 de agosto de 1979, p. 4.

 

Pocas veces las palabras podrán tener un eco de mayor profundidad, de mayor afecto, que las pronunciadas en este ágape para destacar la personalidad de uno de nuestros más señalados escritores: Oreste Plath.

Y es que este hombre magro, de silueta estilizada y generosa cordialidad a flor de labios, ha sabido conquistar en el transcurso de muchos años invariables nuestro cariño fraterno. Sin duda que la mayoría de los aquí reunidos para festejarlo nos hemos frecuentado, desde la vida toda, desde aquellos días juveniles en que la ambición literaria nos distendía la sonrisa ilusionada frente a la edición de un nuevo libro y a la esperanza de una crítica favorable…Luego, para él y nosotros, los años también menguaron esa sonrisa para dejar paso a señales más profundas sobre la piel y muy adentro del corazón… Pero siempre, siempre es aquel entonces, años ha y ahora, este compañero de ensueños intelectuales llamado Oreste Plath, ha estado junto a cada uno de nosotros alentándonos con su palabra, ofreciéndonos la generosidad de su aporte en una velada cultural, destacando nuestra labor mínima pero engrandecida gracias a su colaboración.

Sí, es verdad.

No podríamos desentendernos de su presencia ni de su amplia divulgación didáctica, porque su obra tiene una raíz definida como la vívida raíz de su Patria. Su tarea minuciosa de investigador, de estudioso, ha extraído hasta el más leve detalle del folklore chileno, su pueblo, sus costumbres, su colorido y su sabor, para que podamos degustarlo y admirarlo en toda la intensidad de su contenido auténtico.

Y esta ha sido y es la gran empresa en que ha estado empeñado Oreste Plath a lo largo de toda su existencia; seguramente que sin la constancia de su pluma no sería anecdótico la vida del campo chileno, ni tendrían un cultor tan paciente los cateadores del desierto nortino, ni la mitología araucana sería tan vibrante en la magia de sus tradiciones. Porque Oreste Plath ha alentado y avivado la llama de ese universo de maravillas, de leyendas y realidad de Chile a través de sus libros colmados de enseñanza para beneficio de las generaciones presentes y futuras

Por ello, por tu calidad intelectual y humana y porque así lo sentimos desde el fondo del alma, hemos venidos a decirle: "Gracias, Oreste, gracias por Chile, por su gente campesina, sus guitarras y sus copihues. Gracias, mil gracias por todo ese caudal de belleza que en las páginas de arte popular o de místico folklore has volcado en cada uno de nosotros con vibración inextinguible.


© SISIB - Universidad de Chile y Karen P. Müller Turina