Origen y folclor de los juegos en Chile, Oreste Plath
Santiago, Ed. Grijalbo, 1998, 462 páginas.

Juan Antonio Massone
(Revista Educar: una revista para profesores. Año 3, N° 27, Santiago de Chile, noviembre de 1998. p. 3

 

Asunto que entusiasma es el juego. Toda civilización lo tiene en el repertorio de sus expresiones más perdurables. Es tan imprescindible en el buen desarrollo personal que, sin extremar los dichos, puede asegurarse que el que aprende a jugar, aprende a vivir, Jugar es un acto que se realiza graciosamente. Provocador de entusiasmo, promete el corolario de una feliz o intensa experiencia; sirve de atractiva mensura de propias y ajenas capacidades, o acaso regalo el callado sueño de ser, a veces, otro distinto de quien atraviesa los días, y todo aquello en el transcurso de un pacifico sometimiento al azar en que surte efecto de encantamiento, a la vez personal y comunitario.

Por encima de todo, jugar es descubrir la existencia de otros; significa admitir iguales limites y posibilidades atingentes a la condición que representan los participantes y que dan cabida las reglas del juego, en cada caso.

Tales rasgos y posibilidades aparecen bien representados en este libro de Oresta Plath (1907-1996), folclorólogo entusiasta y generoso, caminante y gustador de la cultura popular y del folclor chileno. Este libro comprendía gran diversidad de juegos, atendiendo a sus orígenes, versiones y formatos de presentación.

De sus contenidos destacan los siguientes capítulos: canción de corro, romances, juguetes, juegos de niñas y de niños, sean ésos de competencia, adivinación, sorteo y desafios. Complementan a los anteriores juegos: cuentos de nunca acabar, juegos de prensa, de azar y cálculo; juegos de esferística, de destreza de los adultos y la presencia gráfica de diversiones infantiles en azulejos y sellos postales.

Libro para aprender jugando y para jugar aprendiendo nada menos que a vivir. El mayor deleite de cuanto se hace proviene del gusto libérrimo de hacerlo, tal si de este modo se respirara con plena soberanía en medio de las obligaciones. Y es sumo placer, sencillo y gratificador, nos lo suelo donar el juego aprendido desde la infancia.


© SISIB - Universidad de Chile y Karen P. Müller Turina